Día cuatro: setas


 El reto de hoy es elaborar unos CREPS CON CREMA DE HONGOS Y CRUJIENTE DE JAMÓN.

En esta receta, preparamos tres productos por separado que posteriormente presentaremos en un único plato: los creps, la crema de hongos o setas y el crujiente de jamón.




Hemos comenzado con los creps. Mezclando la harina, los huevos, la leche (también podría haber sido agua) y una pizca de sal.










Los hemos hecho en una sartén caliente intentando que queden muy finos.


Una vez que los vamos haciendo, los reservamos para emplatar posteriormente.








Para el crujiente de jamón, hemos preparado unas lonchas de jamón muy fino. Sobre un plato plano se pone papel absorbente, encima las lonchas de jamón extendidas, más papel por encima y otro plato igual que el de abajo, para que presione el jamón y no se arrugue.






Lo hemos metido en el horno (también pude ser en el microhondas) hasta que el jamón suelta toda el agua y parte de la grasa, que es absorvida por el papel. Queda prácticamente seco, y se rompe con
suma facilidad.

Una vez terminado, lo guardamos para el emplatado.

Para la salsa de setas, hemos comenzado sofriendo unos ajos en aceite de oliva virgen, a los que les hemos añadido las setas y los champiñones partidos en trozos muy pequeños y sazonados.
Hemos frito todos los hongos y cuando ya se ha consumido el agua que sueltan, le añadimos el caldo de carne.
 Hemos dejado reducir el caldo con las setas y una vez reducido, lo hemos pasado a la batidora.
 A la hora de batirlo, debemos hacerlo sin llegar a dejarlo demasiado batido, ya que queda bien encontrarse trocitos de setas a la hora de comerlo.

El emplatado se hace mezclando los tres productos elaborados, el creps como base o envolviendo la crema (que pese a su color, es la verdadera protagonista del plato) y el jamón troceado por encima.
Algunas sugerencias que han salido hoy se recogen a continuación. En la receta más.








Día tres: albóndigas


Día tres: albóndigas.

He preguntado su receta de albóndigas a 647 personas y he obtenido 879 recetas distintas. Todas coinciden en una bola (muchas de carne) frita con abundante aceite o en salsa. Y poco más.



Nosotros nos hemos decidido por dos recetas que dentro de nuestra linea bien pueden servir como plato, acompañadas o bien como un aperitivo o tapa.




Los dos platos que vamos a elaborar son, en primer lugar, ALBÓNDIGAS CRUJIENTES CON CORAZÓN DE QUESO DE CABRA y en segundo lugar ALBÓNDIGAS CARAMELIZADAS CON REDUCCIÓN DE PEDRO XIMENEZ.




En los dos casos, hemos partido de carne de cerdo picada a la que le hemos añadido cebolla picada y frita con unos dientes de ajo, un poquito de perejil picado, sal y pimienta y huevos crudos.



En el caso de que se nos quedase la masa demasiado líquida, difícil de trabajar, podemos añadirle un poco de pan rallado.



Hemos separado la mitad de nuestra masa y hemos comenzado dos procesos para cada receta.







Para las albóndigas rellenas de queso, cogemos una bola de carne y la aplastamos sobre la mano. Introducimos una bola de queso de cabra y rodeamos con la masa volviendo a fabricar la albóndiga. 



Pasamos por harina, después por huevo crudo y en tercer lugar por pan rallado y lo llevamos a la sartén con abundante aceite de oliva virgen.
Hay que darles vueltas de forma constante, "marearlas" para que se vayan haciendo por todos lados y no se salga el queso.






Deben quedar bien doraditas, crujientes, ya que se pueden servir directamente o bien acompañar con cualquier salsa... aunque no es preciso. Es suficiente sorpresa su corazón de queso.

 
En el caso de las Albóndigas caramelizadas, hemos realizado una reducción de vino de Pedro Ximénez y salsa de soja.

Para ello hemos puesto el vino en una sartén y lo hemos llevado a ebullición. Puede anadírsele un poquito de azucar, pero no es necesario. En ebullición le hemos añadido la salsa de soja y hemos reducido hasta la mitad más o menos. No hace falta reducir más ya que al enfriarse, se carameliza y puede quedar dura la salsa.

En el último momento hemos añadido las albóndigas a la sartén y hemos removido. Sacamos y emplatamos.

Recordar que en este caso, las albóndigas estaban enharinadas, pero no rebozadas ni con huevo ni con pan rallado.
 


Día dos: la cebolla


 Nuestro segundo día en la cocina lo hemos dedicado a la cebolla. A un gran derivado de la cebolla en la cocina de nuestra Mancha, las morcillas y a un acompañante de multitud de platos, la cebolla caramelizada. De nuevo, volvemos a centrarnos en unos platos, que dependiendo de la cantidad, podrían convertirse en una excelente tapa o en un plato principal.





Vamos con el primer plato: NIDOS DE HUEVOS DE CODORNIZ CON MORCILLA.



Puesto que la protagonista era la cebolla, hemos comenzado con pelarlas y partirlas, para pasarlas al fuego con un poquito de aceite de oliva. Y cuidado ... al fuego muuuuuy lento.




Hemos ido preparando las morcillas, quitándoles la piel.



Una vez que la cebolla estaba ya un poquito frita, le hemos añadido las morcillas y las hemos mezclado con la cebolla, friendo bien la mezcla. Hemos considerado oportuno añadirle un poquito de sal.


Lo hemos frito bien y hemos retirado la mezcla, para rellenar nuestros nidos.

Los nidos se hacen con las típicas obleas de hacer empanadillas, por aquí muy famosas las de una marca (ejem... "la cocinera").




Para darles forma, se puede utilizar unos moldes
de papel de hacer magdalenas. En nuestro caso, no teníamos y hemos utilizado unos moldes de aluminio para hacer flanes. Les hemos recortado la parte de arriba y los hemos abierto como una tulipa.



En ellos hemos puesto la oblea después de sacarla un ratito antes del frigorífico y la hemos rellenado con la mezcla de morcilla y cebolla frita.



Haciendo un huequecito en el centro, le añadimos un huevo de codorniz (crudo) y le ponemos una pizca de sal. Le añadimos unos piñones y lo mandamos al horno precalentado.


Lo sacamos del horno y servimos caliente, cuando la oblea comienza a dorarse.



Como teníamos queso de cabra comprado, lo hemos utilizado con paté a la pimienta y la cebolla caramelizada para hacer una MILHOJA DE PATÉ Y QUESO DE CABRA.



Aprovechando que estábamos friendo a fuego muy lento la cebolla, hemos utilizado una de nuestras sartenes para añadirle un poquito de caramelo líquido y seguir pochando la cebolla hasta caramelizarla. Una vez lo hemos hecho, la hemos retirado para utilizarla con nuestro paté y queso.




Se trataba de cortar el queso de cabra en rulo, en láminas de menos de un centímetro de grosos. Para ello hemos utilizado una cuerda fina de nylon. 

Con distintos moldes, (redondos, cuadrados, con forma de estrella... de distintos tamaños... ) hemos dado forma al queso y al paté, haciendo también una hoja de algo menos de un centímetro. 

Para emplatar, ponemos una capa de paté entre dos capas de queso. 

Encima de estas tres capas, cubrimos con cebolla caramelizada y adornamos con unas nueces. 

Es un plato frío que puede tomarse con cualquier pan tostado, por ejemplo. 


















































Como todavía teníamos restos de paté y cebolla caramelizada, hemos aprovechado unas minitostas (rebanadas de pan tostado muy finitas que venden ya así) para hacer unos CANAPÉS DE PATÉ CON CEBOLLA CARAMELIZADA.

Una vez que tenemos la cebolla, la elaboración es sencilla: se untan las rebanadas con  el paté, se cubre con la cebolla caramelizada y le ponemos un poquito de crema de vinagre de Módena.





















Al mismo tiempo y aprovechando que teníamos cebolla frita... le hemos añadido unos champiñones y unos filetes partidos de baicon y nos hemos hecho unas tortillas... ¡y sin patatas!



Primer día en la cocina: CALABACINES

Según lo previsto, iniciamos con calbacines. También teníamos como ingrediente el queso de cabra, con lo que lo hemos aprovechado...

El primer plato que nos planteamos con unos CALABACINES RELLENOS DE CARNE CON TAPA DE QUESO.

En la elaboración, después de lavarlos  hemos cortado los calabacines en cilindros de unos 6-8 cm de altura, seleccionando los más finos que teníamos. Los hemos vaciado y les hemos sacado la carne interior.




Una vez vaciados los calabacines, hemos frito la carne extraída y picada junto con unas cebollas también picadas. Posteriormente, hemos retirado una cantidad de la sartén (que luego aprovecharemos), le hemos añadido carne picada, sal, pimienta y pimentón dulce. Cuando la carne (cerdo y vacuno) junto con el calabacín y la sal, comenzában a dorarse, le hemos añadido nata para cocinar, y después de tenerlo un poquito más en cocción, le hemos añadido un poquito de espesante (harina de maíz disuelta en agua fría). Un poquito más al fuego para que quede bien ligado... y sacamos a enfriar.















































Los cilindros vacíos de calabacín, los hemos puesto un poquito al vapor de agua, para que se cuezan un poquito, sin que lleguen a ponerse blandos. Después de esto, los hemos rellenado con el preparado de la sartén y les hemos puesto un trocito de queso de cabra (rulo) encima. Es el queso que teníamos. Un trocito de Roquefort, puede que incluso le vaya mejor!!, pero se puede utilizar el que tengamos...



Después tan solo nos queda meterlo en el horno precalentado y hornear hasta que veamos que el queso queda un poquito gratinado.



El segundo plato con el que nos hemos enfrentado hoy ha sido CALABACÍN RELLENO CON QUESO DE CABRA. 

Después de labar los calabacines, los hemos cortado en tiras de 5 milimetros de espesor y las hemos pasado por la sartén, a la plancha, con una gotita de aceite de oliva. Se retiran cuando empiezan a dorarse sin que se pongan duras.























Una vez retiradas y se han enfriado lo suficiente para no quemarnos, le metemos dentro un poquito de queso y las enrollamos. Además del queso, se puede introducir unas hojitas de albahaca, espinacas... pero en nuestro pedido de compra no llegaron. Aún así salieron muy bien.























Una vez enrolladas, las pasamos unos minutos por el horno precalentado.























El resultado final. Podemos plantearlo como un plato (unas 3-5 unidades) o como una tapa única.
























A continuación, una improvisación. Con los restos de los dos platos de calabacín que hemos preparado, hemos hecho unas TORTITAS DE CALABACIN (o tortillitas de calabacín).
Nos ha sobrado relleno de los calabacines (calabacín, cebolla y carne picada, todo frito con aceite de oliva, sal, pimienta y pimentón dulce). Teníamos un poco de calabacín con cebolla frita que retiramos antes de añadirle la carne. Y también teníamos restos de calabacín con la piel, que hemos vuelto a sofreir. Todos estos restos los hemos revuelto y los hemos pasado un poquito por la sartén.























Hemos batido unos huevos y hemos realizado unas tortillitas fritas con aceite de oliva.























El resultado está realmente sabroso... y hemos aprovechado todos los restos que teníamos.



Ha sido nuestro primer día, y hemos quedado muy contentas y contentos. ¡Ahora, esperamos que repitáis en casa!. Buen provecho.