Día dos: la cebolla


 Nuestro segundo día en la cocina lo hemos dedicado a la cebolla. A un gran derivado de la cebolla en la cocina de nuestra Mancha, las morcillas y a un acompañante de multitud de platos, la cebolla caramelizada. De nuevo, volvemos a centrarnos en unos platos, que dependiendo de la cantidad, podrían convertirse en una excelente tapa o en un plato principal.





Vamos con el primer plato: NIDOS DE HUEVOS DE CODORNIZ CON MORCILLA.



Puesto que la protagonista era la cebolla, hemos comenzado con pelarlas y partirlas, para pasarlas al fuego con un poquito de aceite de oliva. Y cuidado ... al fuego muuuuuy lento.




Hemos ido preparando las morcillas, quitándoles la piel.



Una vez que la cebolla estaba ya un poquito frita, le hemos añadido las morcillas y las hemos mezclado con la cebolla, friendo bien la mezcla. Hemos considerado oportuno añadirle un poquito de sal.


Lo hemos frito bien y hemos retirado la mezcla, para rellenar nuestros nidos.

Los nidos se hacen con las típicas obleas de hacer empanadillas, por aquí muy famosas las de una marca (ejem... "la cocinera").




Para darles forma, se puede utilizar unos moldes
de papel de hacer magdalenas. En nuestro caso, no teníamos y hemos utilizado unos moldes de aluminio para hacer flanes. Les hemos recortado la parte de arriba y los hemos abierto como una tulipa.



En ellos hemos puesto la oblea después de sacarla un ratito antes del frigorífico y la hemos rellenado con la mezcla de morcilla y cebolla frita.



Haciendo un huequecito en el centro, le añadimos un huevo de codorniz (crudo) y le ponemos una pizca de sal. Le añadimos unos piñones y lo mandamos al horno precalentado.


Lo sacamos del horno y servimos caliente, cuando la oblea comienza a dorarse.



Como teníamos queso de cabra comprado, lo hemos utilizado con paté a la pimienta y la cebolla caramelizada para hacer una MILHOJA DE PATÉ Y QUESO DE CABRA.



Aprovechando que estábamos friendo a fuego muy lento la cebolla, hemos utilizado una de nuestras sartenes para añadirle un poquito de caramelo líquido y seguir pochando la cebolla hasta caramelizarla. Una vez lo hemos hecho, la hemos retirado para utilizarla con nuestro paté y queso.




Se trataba de cortar el queso de cabra en rulo, en láminas de menos de un centímetro de grosos. Para ello hemos utilizado una cuerda fina de nylon. 

Con distintos moldes, (redondos, cuadrados, con forma de estrella... de distintos tamaños... ) hemos dado forma al queso y al paté, haciendo también una hoja de algo menos de un centímetro. 

Para emplatar, ponemos una capa de paté entre dos capas de queso. 

Encima de estas tres capas, cubrimos con cebolla caramelizada y adornamos con unas nueces. 

Es un plato frío que puede tomarse con cualquier pan tostado, por ejemplo. 


















































Como todavía teníamos restos de paté y cebolla caramelizada, hemos aprovechado unas minitostas (rebanadas de pan tostado muy finitas que venden ya así) para hacer unos CANAPÉS DE PATÉ CON CEBOLLA CARAMELIZADA.

Una vez que tenemos la cebolla, la elaboración es sencilla: se untan las rebanadas con  el paté, se cubre con la cebolla caramelizada y le ponemos un poquito de crema de vinagre de Módena.





















Al mismo tiempo y aprovechando que teníamos cebolla frita... le hemos añadido unos champiñones y unos filetes partidos de baicon y nos hemos hecho unas tortillas... ¡y sin patatas!



3 comentarios:

  1. Si el martes estuvo genial, hoy ha quedado también de diez. Los nidos estupendos. Y el paté, se ha sabido utilizar muy bien. Muchas felicidades. Y recibir las felicitaciones de mis compañeros y compañeras de la Sección de Empleo, ¡incluida la Jefa! a la que creo le ha llegado una tapa...

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    1. soy isa la verda que nos bamos superando claro que con un maestro como angel cualquiiera no

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