Día 10: Pan "preñado"





Hoy hemos retomado el pan como plato principal, y lo único que hemos hecho ha sido rellenarlo "por anticipado". Hemos hecho desde lo que podría ser un bocadillo, el pan relleno con embutidos y verduras y lo que podríamos decir una torta cubierta a modo de pizza, con verduras, panceta, jamón...
Para elaborar el pan hemos puesto harina, levadura fresca, sal, agua y un chorrito de aceite de oliva. La levadura la hemos disuelto en agua caliente (no hirviendo) y la hemos añadido a la harina con el aceite.

Hemos amasado bien la masa y la hemos dejado un par de horas que creciese, tapada con un paño.




Después hemos preparado la masa, bien en formato de bocadillos, tortas o lo que de nuestra imaginación...
El relleno de los bocadillos o cubrir la torta se puede hacer con lo que queramos. Hoy hemos optado por embutidos manchegos (chorizos, chistorra, etc) para los bocadillos y verduras (tomate, pimientos, calabacín, berenjena, etc.) para la torta. También hemos utilizado huevo, panceta de cerdo, jamón, queso rallado ... imaginación.





Día 9: Superenrollados (rollo de salmón y espinacas y piruletas de queso y york)

Hoy ha sido el día del rollo. Mucho rock and roll. Hemos elaborado dos platos a base de enrollar. Primero un rollo de salmón y espinacas y unas piruletas de hojaldre con queso y jamón york.



Comenzamos con el rollo de salmón y espinacas. Primero creamos una base. Para ello, ponemos en una sartén a reogar las espinacas (que estaban congeladas) con un pelín de aceite de oliva, hasta que dejan toda el agua.







Por otro lado, cogemos huevos y separamos las yemas y las claras. Montamos estas últimas a punto de nieve.


Mezclamos las espinacas (hemos dejado que se enfriasen) con la yema del huevo y con las claras montadas a punto de nieve.

Esto lo extendemos en una bandeja cuadrada (debajo hemos puesto papel vegetal). Debe ser fino. A esta masa se le puede espolvorear un poquito de queso rayado por encima.  Y lo metemos al horno hasta que se hace (cuando comienza a dorarse).
Una vez que lo sacamos, podemos dejarlo enfriar o enrollarlo ayudándonos de un paño limpio y mojado -dejando el paño dentro- para después, totalmente frío, desenrollarlo.


Sobre esta base de espinacas y huevo, ponemos el salmón ahumado y cubrimos con queso de untar (podemos añadir al queso un poquito de nata de cocinar).



Una vez lo tenemos, lo enrollamos presionando para que no quede hueco y lo metemos al frigorífico durante unas horas.



Después lo sacamos y cortamos en rodajas para emplatar. Puede quedar vistoso... ¡¡pero lo que gana es la mezcla de sabores!!

























Para las piruletas hemos cogido una base de masa de hojaldre de la que pondemos encontrar en los refrigerados de cualquier supermercado.

Hemos extendido sobre esta base de hojaldre jamón york fileteado y queso en lonchas (nos faltaban algunas lonchas y hemos tirado de un poquito de mozzarella rayada). Podemos usar los quesos que más nos gusten...



Esto lo enrollamos y pinchamos en el borde con palitos de pinchos. Después, cortamos en filetes dejando un palito en cada uno.


Estas piruletas, las pintamos con huevo batido y las pasamos a una bandeja sin que se toquen (crece un poquito el hojaldre).



Las metemos en el horno y cuando están doradas las sacamos y servimos.


Día 8: Dulces de Semana Santa y tres "Master Class"

Se acerca la Semana Santa y hoy nos enfrentamos a tres dulces típicos de estos lares manchegos. Pero con sorpresa. Tres recetas de tres mujeres especiales que vienen haciendo estos platos durante muchas décadas. Tres "master class". Hoy hemos tenido la suerte de poder contar como invitadas, con Benita Tebar, que nos ha presentado la receta de "rellenos dulces", María Cuevas, en representación de su recordada madre Llanos Jubany , con la receta de los "buñuelos de viento" y Adela Jiménez, con sus "rolletes fritos de anís". Muchas gracias a las tres. Todas y todos hemos aprendido mucho con vosotras.

Benita ha comenzado con los RELLENOS DULCES.






Para ello ha realizado una pasta con huevos batidos y pan rallado (aunque ajustaba la mezcla según su criterio, llevaba unos seis huevos y unas ocho cucharadas de pan rallado). Obtendremos unos cuatro rellenos por huevo.








En una sartén se ha puesto como un cuarto de litro de aceite de oliva a calentar. Una vez caliente, con una cuchara, se van haciendo los rellenos, depositando en la sartén caliente como una cuchara de la masa.





No hace falta que la cuchara esté muy llena, ya que al freírse aumentan de volumen por el huevo.


Benita los ha preparado bastante doraditos.

Estos rellenos, se reservan para cocerlos posteriormente.

Ha preparado la corteza de dos naranjas para añadirla después a la cocción de los rellenos.





Al mismo tiempo hemos puesto una olla a presión con dos litros de agua.


En el aceite que ha frito los rellenos, ha retirado como la mitad, ha añadido como medio kilo de azúcar y vueltas hasta que se va tostando el azúcar.



En la olla donde ya está hirviendo el agua, ha añadido el azúcar tostado, la corteza de naranja troceada y una cucharada de canela.


En esta olla, se añaden ahora los rellenos que teníamos reservados y se pone a cocer a presión durante unos cuarenta minutos.

Los rellenos, ser sirven fríos con el caldo que ha quedado en la olla.
Comienza el turno de María Cuevas, en homenaje a los BUÑUELOS DE VIENTO que hacía su madre Llanos.

Se llama buñuelos de viento porque van rellenos de "viento". Este relleno, puede sustituirse introduciendo con una jeringuilla, un relleno de chocolate, crema pastelera, nata... o cualquier otra preferencia. Aquí María hará los básicos que también están perfectos para comer solos.

La elaboración lleva dos fases. En la primera se prepara una pasta en la sartén que se deja enfriar, para después con esta pasta y huevo, elaborar los buñuelos.

Para la primera pasta, María ha puesto medio litro de leche y un cuarto de harina. 










Lo ha mezclado y batido bien, y esta pasta, se ha llevado a una sartén (¡mejor que no se pegue!) con un par de cucharadas de aceite (María ha preferido de girasol).


Hay que dar vueltas ha esta pasta hasta que va cogiendo consistencia a fuego lento y a base de trabajarla bien, dándole vueltas. 







Al final obtenemos como una bola grande, como una bechamel dura. Esta masa la dejamos enfriar durante un buen rato. 


Cuando está fría la masa, María ha añadido seis huevos batidos y ha vuelto a mezclar y a pasar por la batidora.  Así se obtiene la segunda mezcla con la que se harán los buñuelos fritos. 

Ayudándose de dos cucharas, María ha ido poniendo en una sartén amplia con bastante aceite de girasol como grandes gotazos de esa pasta. Al freirse, aumentan de tamaño (se llenan de viento). 



No sabemos si aquí, la madre de María le prestaba un poco de ayuda, ya que es muy curioso ver como la mayoría se dan la vuelta ¡solos! cuando ya están fritos por un lado.



Se sirven solos con azúcar, o bien como hemos comentado, con chololate, nata...


Tercera clase magistral de hoy.  Adela Jiménez y sus ROLLETES FRITOS



Adela ha mezclado harina, seis huevos, unos 400 cl de aceite de girasol, unos 400 cl de leche, 100 cl zumo de limón, 400 cl de azúcar y unos 100 cl de anís seco (o cazalla).

Las medidas han sido con un vaso pequeño (tres vasos de aceite, tres de leche, uno de limón, tres de azúcar y uno de cazalla). 
A esto le ha añadido seis sobres dobles de gasesosa (un gasificante para repostería que viene preparado en sobres blancos y azules, uno con un gasificante y el otro con un ácido).
Adela ha conseguido una masa no muy espesa. 









Enharinándose las manos y con ayuda de más harina, ha elaborado como unos canutillos que enrollaba. 






La verdad es que en ese momento la cosa parecía no tener muy buena pinta, vistas las caras del alumnado, pero al entrar en la sartén (con abundante aceite de girasol caliente), ha cambiado espectacularmente la cara de los rolletes y la del alumnado.



Se sirven con azúcar... y aunque aguantan bien varios días, es difícil comerse sólo uno. 








Con nuestra política de no desperdiciar alimento alguno... se nos quedaron sin utilizar un par de naranjas peladas, que hemos aprovechado para presentarlas con canela y caramelo (no teníamos miel que hubiese sido perfecto). 

Un guiño a otros de la familia: Jesús Mª y Paqui.




Hoy ha sido un día muy especial. Tres grandes maestras. Tres recetas cargadas de sabiduría trasmitida de generación en generación. Tres recetas con ingredientes muy básicos y con un resultado al paladar espectacular.  Muchas gracias a las cuatro. Benita, Llanos, María y Adela.


Posteriormente, nuestras chef y nuestro chef han replicado con éxito y guiados por nuestras maestras, los tres platos. Felicidades a todas y todos.