Día 8: Dulces de Semana Santa y tres "Master Class"

Se acerca la Semana Santa y hoy nos enfrentamos a tres dulces típicos de estos lares manchegos. Pero con sorpresa. Tres recetas de tres mujeres especiales que vienen haciendo estos platos durante muchas décadas. Tres "master class". Hoy hemos tenido la suerte de poder contar como invitadas, con Benita Tebar, que nos ha presentado la receta de "rellenos dulces", María Cuevas, en representación de su recordada madre Llanos Jubany , con la receta de los "buñuelos de viento" y Adela Jiménez, con sus "rolletes fritos de anís". Muchas gracias a las tres. Todas y todos hemos aprendido mucho con vosotras.

Benita ha comenzado con los RELLENOS DULCES.






Para ello ha realizado una pasta con huevos batidos y pan rallado (aunque ajustaba la mezcla según su criterio, llevaba unos seis huevos y unas ocho cucharadas de pan rallado). Obtendremos unos cuatro rellenos por huevo.








En una sartén se ha puesto como un cuarto de litro de aceite de oliva a calentar. Una vez caliente, con una cuchara, se van haciendo los rellenos, depositando en la sartén caliente como una cuchara de la masa.





No hace falta que la cuchara esté muy llena, ya que al freírse aumentan de volumen por el huevo.


Benita los ha preparado bastante doraditos.

Estos rellenos, se reservan para cocerlos posteriormente.

Ha preparado la corteza de dos naranjas para añadirla después a la cocción de los rellenos.





Al mismo tiempo hemos puesto una olla a presión con dos litros de agua.


En el aceite que ha frito los rellenos, ha retirado como la mitad, ha añadido como medio kilo de azúcar y vueltas hasta que se va tostando el azúcar.



En la olla donde ya está hirviendo el agua, ha añadido el azúcar tostado, la corteza de naranja troceada y una cucharada de canela.


En esta olla, se añaden ahora los rellenos que teníamos reservados y se pone a cocer a presión durante unos cuarenta minutos.

Los rellenos, ser sirven fríos con el caldo que ha quedado en la olla.
Comienza el turno de María Cuevas, en homenaje a los BUÑUELOS DE VIENTO que hacía su madre Llanos.

Se llama buñuelos de viento porque van rellenos de "viento". Este relleno, puede sustituirse introduciendo con una jeringuilla, un relleno de chocolate, crema pastelera, nata... o cualquier otra preferencia. Aquí María hará los básicos que también están perfectos para comer solos.

La elaboración lleva dos fases. En la primera se prepara una pasta en la sartén que se deja enfriar, para después con esta pasta y huevo, elaborar los buñuelos.

Para la primera pasta, María ha puesto medio litro de leche y un cuarto de harina. 










Lo ha mezclado y batido bien, y esta pasta, se ha llevado a una sartén (¡mejor que no se pegue!) con un par de cucharadas de aceite (María ha preferido de girasol).


Hay que dar vueltas ha esta pasta hasta que va cogiendo consistencia a fuego lento y a base de trabajarla bien, dándole vueltas. 







Al final obtenemos como una bola grande, como una bechamel dura. Esta masa la dejamos enfriar durante un buen rato. 


Cuando está fría la masa, María ha añadido seis huevos batidos y ha vuelto a mezclar y a pasar por la batidora.  Así se obtiene la segunda mezcla con la que se harán los buñuelos fritos. 

Ayudándose de dos cucharas, María ha ido poniendo en una sartén amplia con bastante aceite de girasol como grandes gotazos de esa pasta. Al freirse, aumentan de tamaño (se llenan de viento). 



No sabemos si aquí, la madre de María le prestaba un poco de ayuda, ya que es muy curioso ver como la mayoría se dan la vuelta ¡solos! cuando ya están fritos por un lado.



Se sirven solos con azúcar, o bien como hemos comentado, con chololate, nata...


Tercera clase magistral de hoy.  Adela Jiménez y sus ROLLETES FRITOS



Adela ha mezclado harina, seis huevos, unos 400 cl de aceite de girasol, unos 400 cl de leche, 100 cl zumo de limón, 400 cl de azúcar y unos 100 cl de anís seco (o cazalla).

Las medidas han sido con un vaso pequeño (tres vasos de aceite, tres de leche, uno de limón, tres de azúcar y uno de cazalla). 
A esto le ha añadido seis sobres dobles de gasesosa (un gasificante para repostería que viene preparado en sobres blancos y azules, uno con un gasificante y el otro con un ácido).
Adela ha conseguido una masa no muy espesa. 









Enharinándose las manos y con ayuda de más harina, ha elaborado como unos canutillos que enrollaba. 






La verdad es que en ese momento la cosa parecía no tener muy buena pinta, vistas las caras del alumnado, pero al entrar en la sartén (con abundante aceite de girasol caliente), ha cambiado espectacularmente la cara de los rolletes y la del alumnado.



Se sirven con azúcar... y aunque aguantan bien varios días, es difícil comerse sólo uno. 








Con nuestra política de no desperdiciar alimento alguno... se nos quedaron sin utilizar un par de naranjas peladas, que hemos aprovechado para presentarlas con canela y caramelo (no teníamos miel que hubiese sido perfecto). 

Un guiño a otros de la familia: Jesús Mª y Paqui.




Hoy ha sido un día muy especial. Tres grandes maestras. Tres recetas cargadas de sabiduría trasmitida de generación en generación. Tres recetas con ingredientes muy básicos y con un resultado al paladar espectacular.  Muchas gracias a las cuatro. Benita, Llanos, María y Adela.


Posteriormente, nuestras chef y nuestro chef han replicado con éxito y guiados por nuestras maestras, los tres platos. Felicidades a todas y todos.








3 comentarios:

  1. No puedo escribir porque estoy salivando como hace tiempo que no hacía. Qué buena pinta tienen esos dulces. Y además hechos con cariño. Seguro que las chicas y chicos del curso tomaron buena nota para ser excelentes cocineros/as.

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  2. Uff que envidia que bueno todo esos rolletes me pierden...........

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  3. Que maravillosas recetas!!!Enhorabuena a todos!

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